Desde mi experiencia como docente de Formación Cívica y Ética en secundaria, me complace compartir cómo abordamos el tema de la menstruación de manera inclusiva y respetuosa en el aula. Reconociendo la importancia de la empatía y la higiene menstrual, se implementó el análisis e investigación del tema de cambios físicos en la adolescencia centrándose particularmente en la menstruación como uno de esos cambios cruciales en la vida sexual y reproductiva de las mujeres.

Indudablemente, la menstruación ha sido un tema tabú durante largo tiempo, generando estigmas que han limitado su discusión y educación. En nuestra escuela secundaria, hemos optado por abordar este desafío de manera proactiva. Reconocemos que la educación en torno a la menstruación es crucial para la salud física y emocional de todos los estudiantes, tanto mujeres como hombres. Al ofrecer información relevante y precisa, no solo se promueve la igualdad de género, sino también se fomenta la empatía, comprensión y comunicación abierta. Al hacerlo, se contribuye a erradicar la ignorancia asociada con este tema y crear un ambiente escolar más inclusivo y respetuoso.

Por lo anterior, es la asignatura de Formación Cívica y Ética el espacio idóneo para discutir temas relevantes para la vida cotidiana de los estudiantes; en este contexto, se incorpora el tema de la menstruación como parte de la agenda educativa, con el objetivo de fomentar una cultura de inclusión y comprensión mutua en el aula.

Una de las estrategias implementadas fue realizar prácticas con productos de higiene íntima femenina, tales como: toallas femeninas, tampones y pantiprotectores, involucrando a estudiantes de ambos géneros. Esta actividad permitió a todas y todos los estudiantes experimentar de primera mano el uso de estos productos. Más allá de discutir marcas, tipos y precios, nos enfocamos en aspectos prácticos como la cantidad de flujo menstrual, la colocación adecuada de la toalla femenina y el tiempo recomendado para cambiarla. Esto promovió una mayor empatía y comprensión hacia las experiencias menstruales de las mujeres, permitiendo que los estudiantes hombres comprendieran mejor los desafíos asociados con la menstruación. 

Cabe mencionar que durante estas prácticas enfatizamos la importancia de la empatía como una habilidad fundamental para comprender y apoyar a los demás en situaciones diversas, incluyendo aquellas relacionadas con la menstruación. Los estudiantes fueron alentados a ponerse en el lugar de sus compañeras, reconociendo los desafíos físicos y emocionales que pueden enfrentar.

Además de cultivar la empatía, aprovechamos estas prácticas para brindar educación sobre la importancia de la higiene menstrual. Durante estas discusiones, subrayamos la necesidad de cambiar las toallas femeninas regularmente para prevenir infecciones y mantener una salud menstrual óptima. Destacamos la importancia crítica de contar con instalaciones sanitarias adecuadas en la escuela para asegurar la comodidad y la dignidad de todas las estudiantes. Específicamente, abordamos un problema central en nuestra institución: la escasez de agua, que puede afectar la higiene menstrual.

Actualmente, desde mi posición como directora escolar, considero que abordar el tema de la menstruación en la escuela secundaria a través de asignaturas como Formación Cívica y Ética o Ciencias I, representa una oportunidad invaluable para fomentar la empatía, la comprensión y la reflexión sobre las implicaciones de este proceso natural. Es evidente que se requiere un espacio inclusivo y respetuoso para discutir este tema de manera abierta y sin tapujos. Al hacerlo, se contribuye a crear una cultura escolar más informada, equitativa y empática, donde se promueve una actitud de comprensión y aceptación hacia la menstruación en todos los estudiantes.