La importancia de la educación socioemocional en educación básica
Oscar Guadalupe Alvarado Barraza
Premio AEI 2023/Sinaloa
27 de Septiembre del 2024
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“La inteligencia emocional determina nuestro éxito en la vida”
Daniel Goleman.
La educación socioemocional debe ser prioritaria para las autoridades educativas. La carga emocional de las y los docentes ha aumentado considerablemente, nos sentimos atrapados entre currículos confusos y crecientes demandas administrativas, lo que nos genera desilusión y desánimo.
La falta de reconocimiento, el apoyo limitado, las dificultades económicas, las comunidades alejadas y de difícil acceso -en caso de telesecundarias en zonas rurales-, y la presión por cumplir estándares más altos, contribuyen a la desmotivación. Estos factores dificultan mantener la pasión por la enseñanza, llevando a una pérdida gradual de interés en nuestra labor.
Mucho se habla de la educación socioemocional en los planes y programas de estudio, pero poco se ha hecho para lograr los propósitos establecidos. Maestras y maestros no contamos con materiales adecuados para abordar los contenidos de tutoría y educación socioemocional, y en cuanto a la capacitación docente en temas emocionales, no hay muchas opciones ni ofertas curriculares enfocadas en el nuevo modelo educativo.
Desde el ciclo escolar 2020-2021, en plena pandemia, comenzaron a abordarse con mayor fuerza temas sobre el desarrollo socioemocional en los consejos técnicos escolares y hoy hay mayor consciencia de que son elementos clave para el aprendizaje.
Las y los docentes recibimos gran cantidad de información sobre cómo acompañar a estudiantes y familias, pero la pregunta es ¿quién se preocupa por la atención socioemocional de las y los maestros?
Maestras y maestros de todos los niveles de educación básica realizamos muchas acciones para apoyar a las y los alumnos, para no abandonarlos. Mostramos empatía, solidaridad, capacidad para desarrollar estrategias, liderazgo comunitario y mucho más.
Sin embargo, se olvida que también somos seres humanos con familias por las qué preocuparnos y ocuparnos. El claro ejemplo de esto fue durante la pandemia, que, sin importar los momentos difíciles en familia, las y los docentes buscamos las formas de estar cerca de nuestros estudiantes y sus familias; buscamos estrategias para motivarles e inyectarles ánimo e interés a fin de que no abandonaran la escuela y que no dejaran de aprender.
Si las autoridades educativas ya identificaron que la tutoría y educación socioemocional es de suma importancia para agregarla a los nuevos planes y programas de estudio, no deben dejar de lado a cada agente educativo. Cada agente debe ser atendido para lograr su bienestar emocional, pues si un maestro o una maestra se encuentra en bienestar enfocará toda su energía en el desarrollo de las capacidades de sus estudiantes, llegará al aula enamorado de su vocación y tendrá la convicción de siempre aportar a la educación humanista, esa que tanto necesitamos en las aulas para lograr el desarrollo gradual de los aprendizajes.
En la ardua labor de educar, es fundamental que los docentes trabajen en conjunto para crear ambientes sanos, basados en la empatía y la solidaridad. A menudo, somos nosotros mismos quienes contribuimos a las brechas académicas, olvidando que el propósito de la educación es defender el derecho a aprender en todo momento.
No olvidemos que nuestros alumnos aprenden a menudo por el ejemplo que damos. Seamos un modelo de fortaleza, resiliencia y humanidad. Crear lazos afectivos con ellos, confiar en sus capacidades y mantener altas expectativas es clave para su éxito académico. Trabajar en la educación socioemocional nos llevará por un camino de logros y satisfacciones.
Reconocer la importancia de la educación socioemocional en la educación básica implica trabajar en la práctica educativa, identificando áreas de oportunidad no solo en los estudiantes, sino también en uno mismo.
Un docente que encuentra su equilibrio y bienestar podrá estar más atento a la mejora académica de sus estudiantes, enfocando toda su energía en ello.
Las y los maestros somos personas que enfrentamos situaciones reales antes de llegar al salón de clases: resolvemos conflictos que no siempre son nuestros, ordenamos el caos en mentes ajenas y motivamos e inspiramos, incluso cuando nuestra propia vida puede estar debilitada.
El docente al que aspira la nueva escuela mexicana debe estar a la altura de los planes y programas. Por ello, es fundamental buscar el bienestar de cada maestro y maestra en todo el país.
Oscar Guadalupe Alvarado Barraza
Premio AEI 2023/Sinaloa
Es licenciado en Educación Media con acentuación en español, por la Universidad Autónoma de Sinaloa. Tiene la convicción de educar a través de la transversalidad de los contenidos académicos porque acrecienta las oportunidades de aprendizaje y de éxito académico. Tiene 7 años de servicio en la modalidad de Telesecundaria en el estado de Sinaloa. Colabora como tutor en Grupo Loga S.C. para sistematizar prácticas educativas exitosas a nivel nacional. Ha sido acreedor al reconocimiento a la práctica educativa por USICAMM 2022. Es ganador del tercer lugar nacional en la convocatoria buenas prácticas e innovación en la docencia 2023, que organiza la sección sindical nacional, con el proyecto “Si tú me lo cuentas, yo te lo cuento: narrativa en lengua náhuatl”, así como ganador del premio AEI 2023, Aprendiendo en comunidad, categoría “Ser maestro” con el proyecto “Xixuetska: Escritura creativa”. Actualmente labora como maestro frente a grupo en el municipio de Badiraguato Sinaloa en una escuela bidocente, atendiendo a segundo y tercer grado de secundaria.